La candidata destaca la importancia de preservar el medio ambiente y la salud de los niños sobre los intereses de Pemex
En una reunión con expertos en Nuevo León, la candidata presidencial Xóchitl Gálvez Ruiz anunció su propuesta de cerrar las refinerías Héctor Lara Sosa en Cadereyta, Nuevo León, y Francisco I. Madero en Tamaulipas durante los primeros seis meses de su eventual gobierno. Asegura que esta decisión no es una ocurrencia, sino el resultado de análisis exhaustivos de expertos en medio ambiente, considerando la realidad del calentamiento global y la necesidad de priorizar la salud de los ciudadanos, especialmente la de los niños.
Enfoque en Medio Ambiente y Energías Limpias
Gálvez Ruiz critica las acciones de la actual administración en relación con el medio ambiente, señalando que la refinería de Dos Bocas fue respaldada sin considerar los riesgos ambientales. Propone transformar Pemex en “Emex”, Energías Mexicanas, para no solo extraer petróleo sino también generar electricidad mediante la geotermia, reduciendo las emisiones al dejar de quemar metano y produciendo combustibles y electricidad limpios.
Contaminación y Pérdidas Económicas
La candidata destaca que la refinería de Cadereyta es una fuente principal de contaminación para los 5.3 millones de habitantes de Nuevo León, emitiendo el 90% de dióxido de azufre que afecta a varios municipios, incluso llegando al este de Coahuila. Asimismo, señala que la refinería Francisco I. Madero, en Tamaulipas, contribuye significativamente a la contaminación del aire, suelo y mar en la región sur del estado.
Gálvez Ruiz subraya las pérdidas económicas de Pemex Refinación, mencionando que en 2020 y 2022, Cadereyta y Madero perdieron 4,000 y 26,000 millones de pesos respectivamente. Ante estas cifras, argumenta la necesidad de reconvertir las refinerías para adaptarse a la transición global hacia energías limpias.
Compromisos Laborales y Desarrollo Sustentable
La candidata garantiza que los derechos laborales de los trabajadores de ambas refinerías no se verán afectados y promete la llegada de nuevas industrias sustentables que generarán más empleos y salarios más altos. Propone la conversión de los terrenos e infraestructuras de ambas refinerías en espacios para almacenar combustibles limpios y procesar la captura de carbón.
Gálvez Ruiz hace referencia al cierre de la Refinería 18 de marzo en 1991, asegurando que se respetaron los derechos laborales de los trabajadores, transformando el sitio en un parque que beneficia a la comunidad. Aclara que la Refinería de Tula no está contemplada para cerrar, dada la operatividad de una coquizadora y la importancia de garantizar el abasto de combustible para el Valle de México.
