La pobreza laboral disminuyó del 32.8% al 28.4% entre 2022 y 2023, pero aún afecta a una considerable parte de la población, evidenciando que tres de cada 10 tamaulipecos no logran cubrir los gastos básicos con sus ingresos
Entre 2022 y 2023, Tamaulipas experimentó una ligera mejora en su índice de pobreza laboral, pasando del 32.8% al 28.4%, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Sin embargo, esta disminución no es suficiente para contrarrestar el hecho preocupante de que tres de cada 10 residentes en el estado aún se enfrentan a dificultades para cubrir los costos básicos de la vida con sus ingresos.
A nivel nacional, Tamaulipas se ubica en el octavo lugar con menos empleos informales, lo que refleja un cierto grado de estabilidad en su mercado laboral. Sin embargo, el semáforo amarillo encendido en la región indica que aún existen desafíos significativos por abordar en términos de informalidad laboral. Según el INEGI, más del 50% de los estados del país tienen al menos la mitad de su población empleada en el sector informal, con 12 estados oscilando entre el 60% y el 80%.
La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo Nueva Edición (ENOEN) del segundo semestre de 2022 reveló que la población económicamente activa en Tamaulipas asciende a 1,675,906 personas. De este grupo, aproximadamente 718,963 individuos carecen de empleo formal, lo que los deja sin las protecciones y garantías que ofrecen dichas relaciones laborales, como beneficios de seguridad social y prestaciones laborales.
Esta falta de estabilidad laboral expone a cientos de miles de tamaulipecos a diversos riesgos, incluida la ausencia de protección en caso de enfermedad, la incapacidad para acceder a viviendas de interés social y la privación de beneficios laborales básicos como aguinaldos y primas vacacionales. Estas condiciones ponen de relieve la urgente necesidad de fortalecer las políticas laborales y sociales en la región.
Aunque Tamaulipas ha logrado mantener una de las tasas de informalidad más bajas en el país, con un máximo registrado del 39.2% según datos de “México, Cómo Vamos”, la situación sigue siendo preocupante. Estas cifras impactan de manera desproporcionada a las mujeres, con una tasa de informalidad del 44.2%, y a los hombres, con un 37.7%, lo que subraya la necesidad de abordar las disparidades de género en el mercado laboral.
